Publicado: 17 de marzo de 2010
Te conozco. Te conozco perfectamente. Sé a qué huelen las noches amargas. Sé distinguir tu sigiloso caminar bajo el frío de las sábanas. Reconozco a la perfección el color de las pupilas sedientas de ánimo.
Y no te voy a dejar. No. No te voy a permitir que de nuevo te apoderes de mi serenidad. No pienso consentir que tus garras sanguinarias hagan presa de mi. No estoy dispuesta a rendirme sin luchar contra tu furia despiadada y tu desalmado caminar. Esta vez estoy preparada. Esta vez tengo pociones de sobra, armas suficientes escondidas bajo la almohada, para decirte que te vayas. Esta vez no voy a dejar siquiera que termines de salir de esa guarida maldita a la que te envié la última vez.
Bien es cierto que entonces contaba con un ejército a mi alrededor para apoyarme en mi lucha contra tu gigantesca destructividad. Es verdad que entonces no luchaba sola. Pero sí aprendí a luchar en aquella compañía. Aprendí que la técnica para que no crezcas como el infernal monstruo que eres, es no dejarte siquiera acercarte a mi rostro herido. Aprendí que son el temperamento templado, la racionalidad y la calma las únicas armas capaces de vencerte.
Y sé que conoces mis puntos débiles. Sé que sabes que mi ímpetu arrollador es tu mejor balsa contra mis defensas. Sí. Soy un mar. Un mar lleno de corrientes que fluyen sin control posible ni concierto. Y es ahí donde radica tu fuerza, capaz de penetrar hasta las profundidades de mis cavernas marinas a base de colocar muros con los que se estampen mis olas intrépidas.
Pero ya soy consciente de ello. Lo soy más que nunca. Y la luna está lista para apoyar mis conjuros y parar el agua día y noche hasta que desaparezca el olor a ti que ha inundado mis noches. Porque no te quiero, porque te detesto, porque no eres más que un monstruo camuflado de melancólica inspiración que al mínimo descuido de mis desvelos teñirá de negro hasta el último átomo de mi alma.
Sí. Lo sé. De nuevo ha comenzado la guerra. la guerra contra ti corazon que siempre te equivocas, Una guerra que esta vez libraré en solitaria contra ti. Frente a frente. Cuerpo a cuerpo. Pero ten por seguro que todos mis años de agonía son suficiente motivo para estar absolutamente segura de mi victoria. Porque mi corazón aún conserva cicatrices y no pienso permitir que los cuchillos de tu incomprensión vuelvan a rozar siquiera su débil estructura.
Esta guerra, corazon, sólo puedo ganarla yo
Autora: Dalia Hernandez
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