Friday, March 9, 2012

LA CAJA DE CARTON DE MI INFANCIA...

Todas las mañanas cargába la desgastada caja de cartón,Aquella caja que me habia fabricado mi abuelito Ramon y que camino al colegio, dejába en casa de mis abuelos, para a la salida, no tener que volver a casa a buscarla, aunque no había mucha distancia entre las dos viviendas.
La mencionada caja tenía un enorme valor para mi, aunque estubiera ya vieja y arrugada como consecuencia de las incontables veces que la manoseába, era mi tesoro, en ella guardába todo lo necesario para estar entretenida todo el día: las muñecas de trapo que fabricaba la Cata para mi, con la ropita que yo misma les hacía, Los jueguitos de cocina que los reyes magos  me regalaron, pomitos de compotas vacios, un trompo y mi jueguito de jakies,  Todo ello viajaba cada día “calle arriba calle abajo de Lajas” como decían mi madre y mi abuela, .Dalita....Lajas entero conoce tu caja de carton....

Al verme llegar, mi abuelo Ramon mostraba su inmensa alegría pero nos decia en tono de burla, Ya vienes a joder muchachita? jajajaja
aveces venia Olguita conmigo y a  pesar de que yo  éra una niña no demasiado traviesa ( sólo era osada y curiosa), mi hermana Olguita era de carácter más tranquilo.Pero muy zorra de esas que tiran la piedra y esconden la mano jajaja
Ahora comprendo, que el abuelo Ramon, era ya muy mayor, y sólo quería estar tranquilo, no con dos niñitas correteando de aquí para allá la mayor parte del día.

Yo era muy observadora, y no permitía que detalle alguno escapase a mi vista, cosa que me encantaba y entretenía bastante era cargar aquella caja de carton rellena de mis unicos tesoros
Después del almuerzo, el fuerte calor me obligaba a permanecer resguarda dentro de la casa. Era entonces cuando tumbada boca arriba sobre las frescas losas blancas y rojas, que combinadas decoraban el suelo del comedor de la casita humilde de mis abuelitos,me dedicába a mirar hacia arriba. Asi permanecía hasta que llegaba la hora de salir a jugar a la calle con otras niñas.
Mientras que mi abuela Cata realizaba las tareas de la casa, me facilitaba los escondites más inverosímiles y perfectos; así mi hermanita   y yo nos ocultábamos entre los colchones, dentro de los roperos, debajo de los fregaderos, en los huecos existentes entre la pared y los armarios, en el patio entre las flores…
En realidad, jugabamos con aquella inocencia que daban los tiempos ya pasados
Así, escuchando cuentos, leyendo poesias, jugando al escondido, a las muñecas, contando adivinanzas, observando las nubes y fabricando con ellas  figuras de animalitos , haciendo “comiditas”, y  más juegos que inventábamos, transcurría felizmente esa época tan entrañable que es la infancia. Cuantos recuerdos Dios!!!! aquello si era en verdad  ser Niñas...
An pasado tantos años sin embargo, el recuerdo de aquella caja de carton es parte de mis recuerdos mas bellos  y cada vez que miro una de esas cajas  me remonto a "lajas"
Cuanto daria por dejar de ser quien soy,por volver a recorrer, cada calle de "lajas" con aquella cajita rellena de tesoros que tanto ame  y que hoy es parte de mis recuerdos mas amados.
Autora:Hilda Portilla.

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