Como un cálido aroma, el verano se disipa, pero para bien o para mal, me siento insondablemente confesa conmigo misma, satisfecha porque el tiempo estival cumplió con su promesa y las expectativas que lo precedían satisfaccieron mis augurios de forma comedida, pero suficiente.
No obstante y antes de que me adaptara nuevamente a la rutina pronosticada para el resto del año,sucedió una desgracia en la cuál me vi sorpresivamente involucrada y en la cuál aún sigo,trastocando mi vida personal, afectiva y laboral……Me detectaron CANCER, si cancer, esa palabra tan temida y a la vez tan gastada
Pero de todo se sale si no pierdes la cabeza, dosificas tus fuerzas y pones a trabajar toda tu voluntad.
Nunca sabemos qué somos capaces de hacer o dar hasta que descubrimos que estamos enfermos gravemente,pero confiamos que dentro de cada uno hay un millar de nosotros mismos que cuando es preciso salen todos a una para ayudarnos a atravezar…tan dura prueba.
El verano se va, ¿o somos nosotros los que nos alejamos de la estivalidad? Caminantes en nuestra engañosa ilusión de movilidad… Una vez mas vuelvo a la misma tranquilidad y confianza que embarga nuestro insignificante ser y lo que se ausentó, regresará y se pondrá a trabajar otra vez.
Hoy temprano he abierto la ventana de mi cuarto para dejarme, acariciar por el amanecer
Autora :Hilda Portilla
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